PLANTAR
CARA AL VIH CON UNA BUENA ALIMENTACIÓN
Nos preocupamos mucho de la capa de ozono, de la selva
amazónica, de la conservación del ecosistema marino,
etc., pero tenemos poco cuidado de nosotros mismos.
Nos preocupamos mucho de la calidad del aire que respiramos,
de no contaminarlo, pero nos preocupa poco lo que comemos.
El cuidado que ponemos en nuestra alimentación, a veces,
es muy poco. Y la alimentación es tan importante
como el aire que respiramos.
SOMOS AQUELLO QUE
COMEMOS:
Todos sabemos que quien come una zanahoria se pone moreno
más fácilmente, que hay que tomar leche para fortalecer
los huesos, que quien toma mucho café le cuesta dormirse.
Todo lo que ingerimos se reparte por nuestro organismo
y lo nutre. Todo lo que comemos tiene un efecto en nosotros,
pero no siempre este efecto es tan evidente.
LA ALIMENTACIÓN COMO
TERAPIA:
Es de sobras conocido que la mayor parte de las enfermedades
provocan cambios en el estado nutricional, pero no siempre
se tiene en cuenta que también afecta a la evolución
de la enfermedad. Los hábitos alimentarios y el estado
nutricional son determinantes en la salud del individuo.
El VIH provoca una debilitación importante no sólo
del sistema inmunitario, sino también de otros sistemas,
como el digestivo. También condiciona manifestaciones
como la pérdida de peso, la diarrea, las aftas bucales,
etc., que alteran la toma y el aprovechar los nutrientes.
Todo esto comporta una mala nutrición.
Pero también el estado nutricional, por si mismo, tiene
un efecto directo sobre la inmunidad y la enfermedad
por el VIH. Un estado nutricional correcto puede atrasar
la aparición de síntomas y disminuir la intensidad.
Es por eso que la persona seropositiva tiene que dedicar
una atención especial en la alimentación, y, incluso
cuando se tiene una buena salud se debe preocupar uno
de comer bien. Partiendo de una valoración específica
(historia dietética, antropometría, bioquímica y datos
clínicos) podemos conocer el estado nutricional.
La persona seropositiva tiene unas necesidades por
lo que se refiere a energia, proteinas, minerales, vitaminas,
etc. diferentes a las de otras personas. Si calculamos
estas necesidades, podemos empezar a actuar, siempre
teniendo en cuenta las circunstancias individuales.
Un hecho tan sencillo y cotidiano como es nuestra
alimentación se puede convertir en un buen trabajo de
lucha, en una terapia tan importante como los fármacos!.
UN EJERCICIO DE PLACER
Y SALUD:
Alimentarse correctamente no es incompatible con el
placer de comer. Comer de mala gana un plato, una fruta
o cualquier otra cosa es un error, por más vitaminas
o minerales que nos aporte. La alimentación se ha de
entender no sólo como un proceso químico, biológico,
etc., sino como una posibilidad de disfrutar de los
sabores de las cosas que nos ofrece la naturaleza.
Comer bien no es difícil, pero se tiene que dedicarle
un tiempo. Crear nuevos hábitos alimentarios, aprender
trucos y estrategias y saber qué comer cuando uno se
encuentra mal.
Todo esto nos ayudará a luchar contra el desánimo,
el cansancio y la enfermedad, además contribuirá a mejorar
el bienestar y la calidad de vida.
Cuando antes empecemos a mejorar nuestra alimentación,
antes nos sentiremos mejor. No hay recetas milagrosas.
Los buenos platos se tienen que cocer a fuego lento.
Todo necesita su tiempo y se consigue día a día.
Hacemos de la alimentación
un ejercicio de placer y de salud!
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