La bandera de Cataluña es de las denominadas heráldicas,
por surgir de la traslación del emblema de los condes
de Barcelona a un paño. Es
posible que la bandera, pendón o estandarte de los
condes fuera anterior al escudo. No disponemos de referencias
documentales hasta el siglo XIII, pero se
trata de una de las más antiguas de Europa.
Al principio, los palos del escudo se representaban en la
bandera tanto vertical como horizontalmente. Esta última
disposición terminó por imponerse y se convirtió
en la bandera oficial de la nación catalana: cinco
fajas amarillas y cuatro rojas, todas del mismo grosor.
Fue oficializada por el Estatuto de autonomia de Catalunya,
Ley
orgánica del Estado de 1979.
Cataluña es una nación de origen medieval con
una lengua propia y una tradición cultural, política
y jurídica diferenciada que ha configurado la personalidad
del país y de su gente.
La formación política de Cataluña tiene
su origen en una serie de condados de tipo feudal que apareció
en la zona de contacto entre el imperio carolingio y los territorios
septentrionales de la conquista islámica de la península
Ibérica (Marca Hispánica).
El condado de Barcelona fue adquiriendo la primacía
y, de hecho, desde finales del siglo X fue independiente de
los francos. En 1137 se produjo la unión dinástica
de Cataluña y Aragón con Ramon Berenguer IV,
que conquistó los últimos reductos árabes
(taifas de Lleida y Tortosa y valiato de Siurana, en 1148-1153).
Jaume I el Conquistador inició la expansión
catalana por el Mediterráneo con la conquista de los
reinos de Mallorca y de Valencia (1229-1238) y a lo largo
de los siglos XIII-XIV el país se convirtió
en una potencia económica (consulados marítimos
en muchos de sus puertos) y política (conquistas de
Sicilia y Cerdeña, de los ducados de Atenas y Neopatria
y, ya en el siglo XV, de Nápoles).
La delegación permanente de las cortes catalanas -uno
de los primeros parlamentos europeos- dio lugar a la Generalitat
de Cataluña, institución de gobierno que fue
restaurada en el siglo XX.
Las nupcias de Fernando II con Isabel de Castilla los
"Reyes Católicos" representaron la unión dinástica
con Castilla, pero Cataluña- Aragón
conservó hasta el siglo XVIII sus instituciones
políticas y la soberanía (derecho, moneda, sistema
fiscal).
La Guerra de Sucesión entre los Borbones y los Habsburgo,
que llevó al trono de España a
Felipe V, supuso una grave derrota para Cataluña,
que había militado en el bando de los austrias: abolición
de las instituciones catalanas (Decreto de Nueva Planta) e
instauración de una política absolutista y de
castellanización.
Sin embargo, el siglo XVIII representó la recuperación
económica y el inicio de la industrialización
del país, consolidada a partir de 1832 con la máquina
de vapor y el predominio de la industria textil de la lana
y el algodón.
Los movimientos europeos de recuperación nacional del
siglo XIX influyeron en la eclosión de la Renaixença
cultural (Juegos Florales, recuperación de la lengua
y la literatura) y del catalanismo político, así
como también de movimientos artísticos como
el Modernismo y la vanguardia.
Bajo la II República Española la Generalitat
de Cataluña fue restaurada y se aprobó el Estatuto
de Autonomía (1932), pero la derrota en la Guerra Civil
(1936-1939) condujo a la dictadura franquista y a la abolición
de todos los derechos e instituciones del país. Con
la restauración de la Generalitat de Cataluña
(1977), se crearon un Parlamento y un Gobierno autónomos,
y se aprobó un nuevo Estatuto de Autonomía (1979).
(falta que añadir más información de
todos los ámbitos de Cataluña)
Actualizado: 5/07/2009
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